EL SOCIALISMO ES PECADO
Por: M. Montt
Fuente: http://www.elcruzado.org/
“…El décimo mandamiento, prohíbe también el socialismo porque inspira el deseo de adquirir las cosas ajenas por medios injustos y violentos.” 1
Las declaraciones de algunos católicos progresistas, a favor del socialismo, no dejan de sorprender. En el caos criteriológico moderno, no es raro oír afirmaciones que suponen que entre el socialismo y el catolicismo, sólo podría haber convergencia. Error avalado por la actitud ambigua, cuando no claramente favorable, de ciertas personalidades del mundo católico para con el socialismo y sus aliados de siempre.
¿Es posible ser socialista y auténtico católico? La respuesta la tiene SS. León XIII: “Socialismo religioso, socialismo cristiano, son términos contradictorios; nadie puede al mismo tiempo ser buen católico y socialista verdadero" A continuación, una explicación de por qué el socialismo fue condenado por la Iglesia, por qué es pecado y por qué un socialista no puede ser católico verdadero.
El socialismo fue condenado desde su comienzo por los romanos Pontífices Clemente XII, Benedicto XIV, Pio VI, Pio VII y León XIII y Pío IX debido a la incompatibilidad existente entre la doctrina católica y socialista:
“El socialismo niega toda obediencia. Predica la igualdad absoluta. Viola la unión del matrimonio. Ataca de raíz el derecho de propiedad. Atenta contra la vida de los gobernantes”. 2
Algunas consideraciones:
a) Con relación al Estado, la Iglesia afirma que, junto con existir una igualdad esencial en todos los hombres, existe una desigualdad social y jurídica. Asimismo, es un deber obedecer a toda autoridad legítima ya que ésta proviene de Dios. El socialismo, por otro lado, busca la igualdad en todos sus planos y niega la obediencia a una autoridad. Enseña que toda autoridad pública proviene del pueblo y se somete a las leyes que éste da a su antojo.
b) Con relación a la familia, la Iglesia enseña que el matrimonio es sagrado e indisoluble y declarado por Dios como principio para propagar y conservar la especie humana. También fue consolidado y santificado por Nuestro Señor Jesucristo quien le dio la condición de sacramento. De la misma manera, determina los deberes tanto de padres con hijos y viceversa, dándole a los padres la autoridad que proviene de Dios Nuestro Señor. Por el contrario, el socialismo no le da la condición sagrada al matrimonio y no lo considera indisoluble, lo que fácilmente generará aberraciones posteriormente.
c) Con relación a la propiedad privada, la Iglesia enseña que este principio es un derecho natural y que respetar la propiedad privada es un deber moral. Hay que tener en cuenta que la Iglesia no descuida a los pobres, mas bien, los asiste e impone como una obligación que los más ricos ayuden a los más pobres. El socialismo, por el contrario, ataca de raíz el derecho a la propiedad privada y se esfuerza para convertirlo en propiedad común.
Con respecto este último principio, el del respeto a la propiedad privada, se encuentra implícito el deseo de poseer lo que no es propio. El décimo mandamiento nos dice que no debemos codiciar los bienes ajenos ya que la codicia lleva a la violencia e injusticia. El principio de la abolición del derecho de la propiedad privada es un claro ejemplo de esta apetencia desordenada que es la codicia.
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1 Terceiro catesismo da Doutrina Crista”, XVIII edicao, 1953, Editora Vozes Ltda., Petropolis – p. 87
2 Encíclica Quod Apostolici Muneris, Papa León XIII
saludos. excelente articulo
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