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EL PRIMER BLOG CATÓLICO DE VALLE DE LA PASCUA...







jueves, 26 de noviembre de 2009

Los laicos y la Misión Continental

Por: Marco A Di Rupo B



“El Amor es el que da la vida; por eso la Iglesia es enviada a difundir en el mundo la caridad de Cristo, para que los hombres y los pueblos “tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).” Benedicto XVI, Homilía de la Eucaristía en Aparecida, 13 mayo 2007


Hace un poco más de dos años se celebró en el santuario mariano de Aparecida Brasil la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe y entre las conclusiones, recogidas en su documento final, cabe resaltar la convocatoria a la Gran Misión Continental (MC en adelante), para actualizar el mandato del Señor de “ir y hacer discípulos entre todos los pueblos”. La MC es un tiempo de gracia para la Iglesia, un tiempo para tomar conciencia de su auténtica vocación cristiana. Es una Misión permanente, que expresa la voluntad de la Iglesia de ser discípula y misionera de Cristo para transmitir a los demás la alegría de la fe en el actual proceso de cambio que vive la sociedad en general. La MC nos llama a que vivamos el encuentro con Jesús desde la conversión personal, pastoral y eclesial, para que seamos capaces de caminar hacia la santidad y el apostolado y así atraer a quienes han abandonado la Iglesia, a quienes están alejados del influjo del evangelio y a quienes aún no han experimentado el don de la fe. En Venezuela la MC adquiere tintes peculiares dado que nos encontramos en plena concreción de los lineamientos emanados del Concilio Plenario de Venezuela. Esta situación exige llevar a la práctica en una especie de simbiosis las indicaciones y los retos que ambos documentos plantean a los cristianos-católicos, muy especialmente a los laicos.


Antes de abordar este tema, debemos reflexionar un tanto, sobre lo que se entiende por laico. Siguiendo al Catecismo de la Iglesia Católica en su N° 897 tenemos que:

"Por laicos se entiende aquí a todos los cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo. Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo" (LG 31).

En este sentido son hombres y mujeres de la Iglesia en el mundo, y a la vez hombres y mujeres del mundo en el interior de la Iglesia. Como laicos debemos tomar conciencia no solo de “pertenecer a la Iglesia”, sino que, “somos Iglesia”. Nuestra misión propia y específica como laicos, la realizamos en el mundo dando testimonio de vida cristiana y contribuyendo con y en nuestras actividades particulares a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio.


Todo laico es Sacerdote (sacerdocio común de los fieles) pues al estar consagrado a Cristo y ungido por el Espíritu Santo, puede y debe ofrecer como sacrificios espirituales agradables a Dios por Jesucristo, sus realidades temporales, obras, oraciones, vida familiar, trabajo, y las contrariedades de la vida. Todo laico es Profeta, pues debe evangelizar anunciando a Cristo con el testimonio de vida y de la palabra además de denunciar las estructuras de pecado imperantes en el mundo. Todo laico es Rey pues Cristo le comunicó el don de la libertad regia para vencer en si mismo el pecado y ser autónomo frente a las presiones del mundo.


Ahora bien, en el ámbito propio de la MC, a los laicos nos corresponde la tarea de vivir la vocación universal a la santidad y a la misión, primeramente impregnando las estructuras eclesiales y los planes pastorales de nuestras diócesis, parroquias, movimientos e instituciones eclesiales y luego, dando respuesta a los problemas actuales del país desde la praxis evangélica, las enseñanzas del Magisterio y nuestro testimonio de vida en la fe, penetrando los sectores culturales, políticos, económicos y dirigenciales de nuestra sociedad. Nos es apremiante ser fermento en nuestras comunidades eclesiales para que nos redescubramos como comunidad atractiva y atrayente, aprovechando las estructuras pastorales ya existentes, renovándolas o creando otras si es necesario. Debemos llegar a los católicos alejados de la Iglesia, a los indiferentes, a los nuevos ambientes socio-culturales, a las instituciones educativas, a los medios de comunicación etc. Todo esto desde la realidad social y cultural de nuestro pueblo, apoyándonos principalmente en la Biblia y el Kerigma e incorporando la religiosidad popular (depurada de elementos extraños) a las celebraciones litúrgicas.


En este sentido debemos redescubrir actitudes típicamente misionales como lo son: respeto, dialogo, gratitud, osadía, creatividad, audacia, misericordia, devoción mariana etc. Desechando todo fanatismo, proselitismo e imposiciones. Asumiendo su rol en la MC, el laico crece en el seguimiento y el discipulado, haciendo que muchos descubran la persona de Cristo y su proyecto presente en la Iglesia. El gran desafío de la MC, “hacer que los creyentes se conviertan en discípulos y misioneros del Señor”, es un proceso largo pero urgente, al cual los laicos no podemos ni debemos sustraernos. Vivamos la MC como un nuevo Pentecostés, saliendo al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza .





¿Es la Iglesia Católica la Ramera de Babilonia?



Por: José Miguel Arráiz




Muchas veces he escuchado de protestantes fundamentalistas la afirmación de que la Iglesia es “La Gran Ramera de Babilonia” de la que habla la Biblia en el capítulo 17 del apocalipsis. “La Biblia lo dice muy claro” me comentan. En esta ocasión he querido hacer un breve resumen de las razones que dan para justificar su interpretación, y las respuestas que han dado los apologistas católicos.

¿De donde surgieron estas interpretaciones?

A lo largo de la historia esta interpretación ha sido adoptada por diferentes grupos heréticos en su rechazo a la Iglesia Católica. Entre ellos tenemos a los albigenses (herejes gnósticos de tendencias maniqueas) , y posteriormente los reformadores protestantes (Lutero, Calvino, Tyndale, Knox, etc.). Con esos antecedentes, no es de extrañar que haya sido adoptada por numeros grupos fundamentalistas hoy día.


¿Quienes son los exponentes de esta interpretación hoy día?


Debido a su gran número no los podré comentar todos, pero se podría decir que entre varios de los autores más leídos están:


A Woman Rides the Beast, por Dave Hunt (Traducido al español como “Una mujer cabalga la bestia”)


The Two Babylons, por Alexander Hislop (Las dos Babilonias)


Babilonia Misterio Religioso, por Ralph Woodrow


Nota: Como mencioné en el post previo, Ralph Woodrow se retractó de este libro y publicó otro rechazando sus argumentos previos.


Argumentos basados en razonamientos falaces


Para poder comprender la falla de raíz de estos argumentos, hay que conocer un poco las falacias a las que recurren para establecer sus silogismos. Para ilustrar esto voy a citar un ejemplo que pone Greg Oatis en su artículo “El Paganismo de la Iglesia Católica”


“Los arcos dorados” son conocidos en todo el mundo como el símbolo identificativo de McDonald’s. Sin embargo, debemos señalar que el arco fue usado habitualmente por los antiguos babilonios en sus puertas y palacios. De hecho, en pinturas realizadas por los babilonios, ¡vemos que sus reyes son representados en marcos con forma de arco! También sabemos que Nabucodonosor, rey babilónico, ordenó a sus súbditos que adoraran una imagen de oro (Daniel 3, 5-10). Y Babilonia era conocida en el mundo antiguo como “la ciudad dorada". Finalmente, nótese que la primera letra de McDonald’s, la M, es la decimotercer letra del alfabeto (inglés), un número reconocido como poseedor de un poder místico y que trae mala suerte. ¿Puede ser eso una simple coincidencia? Incluso, ¿a qué señala la M además de a McDonald’s? Claramente a Moloc, el dios pagano del fuego adorado en Babilonia. ¿Y qué se utiliza para calentar la comida en un McDonald’s moderno? La electricidad, ¡que muchos asociarían con una forma controlada de fuego! Por tanto, ¿quién puede dudar que la cadena de restaurantes de McDonald’s, conocida por sus arcos dorados, es en realidad un culto mistérico relacionado con el dios de fuego adorado por la antigua realeza babilónica?


Si yo le diera a cualquier persona los razonamientos anteriores para probar que McDonald’s es un culto secreto “pagano” seguramente terminará riéndose de mi. Lo curioso es que en esencia, las mismas falacias (exageradas por su puesto) utilizadas en ese ejemplo, son utilizadas por fundamentalistas para probar sus argumentos (analogía , non sequitir, etc.).


Ralph Woodrow en su retractación escribe: ¡Coja bastantes tribus, bastantes cuentos, bastante tiempo, brinque de un tiempo a otro, de un país a otro, seleccione y elija semejanzas - y el porque cualquier cosa se podría “probar"!


Así, no es difícil buscar en alguna cultura antigua alguna diosa pagana con un bebe en brazos, buscar una foto parecida de la Virgen María cargando a Jesús, para luego colocarlo como “prueba” de que la veneración de María proviene realmente de un culto antiguo a una diosa pagana. Lo mismo puedo hacer con casi cualquier creencia, práctica, cultura hoy, inventarme un paralelo basándome en similitudes casuales y asumir procedencia sin la más mínima prueba ni seriedad histórica, y no faltarán quienes crean que es una investigación seria y documentada, y hasta nos envíen cartas de felicitación…y si no lo cree, pregúntenle a Dawn Brown, ha hecho millones de esa manera.


Algunos ejemplos de como con esta forma de sacar conclusiones se puede paganizar hasta a la misma Escritura:


Ejemplo 1:


Según algunos estudiosos y eruditos Moisés nunca existió, sino que es la réplica de una leyenda réplica de la historia del gobernante de los sumerios Sargón de Akkad (2334-2279 a.C.), el cual fue depositado en una canasta de juncos y abandonado en las aguas del Eufrates hasta que fue rescatado por un aguador que le adoptó y crió. Actualmente en un estudio realizado sobre los lenguajes originales de ambas historias se ha descubierto que en la historia de Moisés hay palabras que no pudieron venir de la leyenda Babilónica, aún así muchos creen que la historia de Moisés es un “reencauchado babilónico”.


Ejemplo 2:


Algunos historiadores piensan que la narración de la Biblia del diluvio es un plagio de una leyenda sumeria mucho más antigua, conocida como el «Ciclo de Ziusudra». En esa leyenda los dioses deciden destruir a la humanidad a causa de las muchas culpas cometidas por ésta. Sin embargo, el dios Enki advierte de esto al rey Ziusudra de Shuruppak, y le ordena construir una nave para que pueda salvarse con su familia, junto con animales y plantas de todas clases.


El diluvio se produjo dice la leyenda, y después de siete días y siete noches, cesó y Ziusudra pudo salir de la barca.


Ejemplo 3:


Lo mismo se puede decir de la historia de Esaú y Jacob, donde una historia similar, donde Acrisio (hijo de Abante, rey de Argos, y de Aglaye. Padre de Dánae) y su hermano gemelo Preto luchaban entre sí cuando aún estaban en el vientre de su madre. Ya adultos, se disputaron el trono y, habiendo vencido Acrisio, Preto fue expulsado del reino, pero volvió con un ejército y obligó a su hermano a dividir la Argólide: Argos y sus alrededores serían para Acrisio, mientras Preto se quedaba con Tirinte, Midea y la zona costera. Casó con Eurídice, hija de Lacedemón, y tuvo una hija, Dánae. Habiendo sabido por un oráculo que el hijo de Dánae causaría su muerte y como quiera que las precauciones tomadas para impedir la maternidad de la muchacha resultaron infructuosas, ya que esta fue fecundada por Zeus, la arrojó al mar en un arca junto con el recién nacido Perseo, pero ambos se salvaron. Años después, Perseo quiso ver a su abuelo, quien, al saberlo, huyó a Larisa, ciudad de Tesalia muy alejada de Argos; sin embargo, el rey de Larisa, Teutámides, organizó por entonces unos juegos a los que acudió Perseo. Acrisio estaba allí como espectador, y el disco lanzado por su nieto, desviado fatalmente por el viento, le dio en la cabeza y lo hirió de muerte, cumpliéndose así el oráculo. La fábula de Preto y Acrisio corresponde al tema mitológico de los mellizos rivales, y en el detalle de la disputa dentro del seno materno coincide con la historia de Esaú y Jacob referida en el Génesis.


Siguiendo esa línea de pensamiento, ¿por qué no decir entonces que la creencia en la resurrección de Cristo salió del paganismo que enseñaba que Osiris y Dionisos, dioses de la fertilidad morían y resucitaban?. ¿Por qué no decir que el título de Cristo de Rey de Reyes proviene también del paganismo ya que Nabucodonosor es llamado Rey de reyes en Daniel 2,37? ¿Por qué no decir que el bautismo también tiene origen pagano?. Después de todo el bautismo fue antes un rito religioso pagano practicado entre los pueblos de la antigüedad y eran comunes a muchas religiones antiguas, como los ritos eléusicos o el hinduismo y el budismo. Los romanos del tiempo de Cristo se interesaron en las religiones místicas de Egipto y Babilonia en algunas de las cuales se practicaba el bautismo como ritual. Por ejemplo en los ritos de iniciación del culto de Isis, el iniciado confesaba sus pecados delante de otros devotos y era luego bautizado en la creencia que el baño ritual lo purificaba de sus faltas y lo enrolaba en las filas de la diosa salvadora.


¿Cuales son en resumen las razones que dichas obras plantean para acusar a la Iglesia Católica de ser la ramera?


Por cuestión de espacio trataré solo un resumen de los principales argumentos que esas obras plantean.


La Ramera es descrita como una gran ciudad o un imperio poderoso. Una gran ciudad que se sienta sobre siete colinas


“Y la mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra. Apocalipsis 17,18


Y aquí asumen que se refiere a Roma, más específicamente a la Iglesia Católica Romana.


“Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. «Son también siete reyes” Apocalipsis 17,9


Aquí objetan que Roma se encuentra asentada sobre siete colinas (Quirinal, Viminal, Capitolino, Esquilino, Palatino, Celio, Aventino) al igual que la Ramera (incluso recientemente un protestante me decía “era demasiada casualidad” que ambas estuvieran sobre siete colinas)


Pero si los textos bíblicos se refieren a la Ramera como una Ciudad, y no como una Iglesia el argumento comienza a verse flaco. Ahora, un fundamentalista dirá “¡El Vaticano es una ciudad!”,pues bien, sin discutir de momento la diferencia entre una Ciudad y una institución con sede en una ciudad, lo cierto es que el Vaticano no se asienta sobre siete colinas (a diferencia de la antigua Roma pagana), ya que está situada al oeste del Tíber, mientras que las siete colinas de la Roma antigua estaban al este. Así, si el argumento es que es la Iglesia Católica, porque el Vaticano es una ciudad, y se asienta sobre siete colinas, este argumento falla.


Adicionalmente a esto, hay que hacer notar que no solo la antigua ciudad de Roma estaba asentada sobre siete colinas, sino también Jerusalén, las cuales eran (Escopus, Nob, Monte de la Destrucción, Monte Sión, la colina situada al suroeste también llamada de este monte Sión, Monte Ofel y la Roca). Sería entonces más coherente asumir que los textos bíblicos se refieren o a la Roma Pagana o a Jerusalén, dado que eran grandes ciudades situadas sobre siete colinas. (Y todo eso asumiendo que el término montañas se deba interpretar literalmente)


Derrama la sangre de los santos y profetas


“y en ella fue hallada la sangre de los profetas y de los santos y de todos los degollados de la tierra” Apocalipsis 18,24.


“Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla” Apocalipsis 17,6


Pero si la Ramera se embriagaba con la sangre de los mártires y profetas, allí hay otro problema con las tesis protestantes, porque es el mismo Cristo quien identifica a la ciudad de Jerusalén como la que mata a los profetas. Compárece:


“«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!"Lucas 13,34


Cristo también habló de que no convenía que un profeta muriera fuera de Jerusalén.


“Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.” Lucas 13,33


Es el mismo libro del apocalipsis el que menciona claramente que la Gran Ciudad (La Ramera) es aquella donde Jesús fue crucificado (Jerusalén):


“Y sus cadáveres, en la plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto, allí donde también su Señor fue crucificado.” Apocalipsis 11,8


Sin embargo, prefieren ignorar cualquier exégesis bíblica seria, y basarse en sus prejuicios creyendo “santos y profetas” a quienes sufrieron persecución religiosa durante la inquisición. Sin embargo, respecto a estos supuestos santos debo decir que casi ninguna comunidad eclesial protestante se identifican hoy con sus doctrinas. De hecho, los mismos países protestantes no hubieran dudado en juzgarles en sus propias inquisiciones, lo cual en muchos casos hicieron, como fue el caso de Servet, quemado en la hoguera por los calvinistas, o los anabaptistas y arminianos, perseguidos por luteranos y calvinistas. ¿Será que consideran a los albigenses, unitarios, sabelianos o nestorianos como santos?.


El hecho de que alguien sufra persecución religiosa independiente de las ideas que profese no le hace santo y mucho menos profeta. Yo podría volverme hoy hereje hasta la médula de los huesos, ser perseguido por mi fe y ser injustamente condenado a muerte, pero eso no me haría ni ortodoxo, ni santo, ni profeta. Y si así piensan la misma persecución la sufrieron los católicos en países protestantes y no por eso ellos se consideran a sí mismos como la “ramera”.


Comete abominaciones y fornica con los reyes de la tierra


“con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.” Apocalipsis 17,2


Colocan ejemplos de como el Vaticano a lo largo de la historia ha mantenido relaciones con las distintas potencias mundiales, pero eso no tiene nada de malo. Los presidentes de los países desarrollados hoy día suelen pedir consejo no solo a la Iglesia Católica, sino a líderes protestantes preeminentes, y no por eso están “fornicando con ellos”. El texto del apocalipsis no se refiere a eso, sino a las abominaciones que continuamente cometía la Jerusalén apostata con los pueblos paganos.


“Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones” Ezequiel 16,2


“Así dice el Señor Yahveh: Por haber prodigado tu bronce y descubierto tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todas tus abominables basuras, por la sangre de tus hijos que les has dado, por esto he aquí que yo voy a reunir a todos los amantes a quienes complaciste, a todos los que amaste y también a los que aborreciste; los voy a congregar de todas partes contra ti, y descubriré tu desnudez delante de ellos, para que vean toda tu desnudez” Ezequiel 16,36-37


“…te entregaré en sus manos, ellos arrasarán tu prostíbulo y demolerán tus alturas, te despojarán de tus vestidos, te arrancarán tus joyas y te dejarán completamente desnuda” Ezequiel 16,39


“te construiste un prostíbulo, te hiciste una altura en todas las plazas” Ezequiel 16,24


“Te prostituiste a los egipcios…” Ezequiel 16,26


“Luego, multiplicaste tus prostituciones en el país de los mercaderes, en Caldea…"  Ezequiel 16,29


“¡Oh, qué débil era tu corazón - oráculo del Señor Yahveh - para cometer todas estas acciones, dignas de una prostituta descarada!” Ezequiel 16,30


“Pues bien, prostituta, escucha la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: Por haber prodigado tu bronce y descubierto tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todas tus abominables basuras, por la sangre de tus hijos que les has dado, por esto he aquí que yo voy a reunir a todos los amantes a quienes complaciste, a todos los que amaste y también a los que aborreciste; los voy a congregar de todas partes contra ti, y descubriré tu desnudez delante de ellos, para que vean toda tu desnudez. Voy a aplicarte el castigo de las mujeres adúlteras y de las que derraman sangre: te entregaré al furor y a los celos, te entregaré en sus manos, ellos arrasarán tu prostíbulo y demolerán tus alturas, te despojarán de tus vestidos, te arrancarán tus joyas y te dejarán completamente desnuda". Ezequiel 16,35


Es Dios mismo quien reclama e identifica a Jerusalén como la que se ha prostituido con los reyes de la tierra y de cometido abominaciones.


Está vestida de púrpura y escarlata


“¡Ay, ay, la Gran Ciudad, vestida de lino, púrpura y escarlata, resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas” Apocalipsis 18,16


Aquí no pueden faltar fotos escogidas de sacerdotes y obispos con vestiduras púrpura y escarlata. Lo cierto es que los sacerdotes no visten “púrpura y escarlata”, sino que de acuerdo al ciclo litúrgico los colores de sus vestiduras cambian. Una breve descripción del significado de estos colores:


Colores en la liturgia de la Iglesia















- el VERDE: simboliza la esperanza. Para los pueblos antiguos, el verde era la primavera, la vegetación, el renacimiento, la esperanza de una cosecha abundante. La palabra “verde” proviene de la palabra latina “viride", que significa “fresco", “lozano” o “floreciente". Este color se utiliza en la liturgia en el “tiempo ordinario", que son los días en que no se celebra ninguna fiesta especial.


- el BLANCO: simboliza la pureza y la alegría. El blanco se utiliza en el tiempo de Navidad y Pascua y para las fiestas de la Ascensión de Jesús al cielo y la Epifanía, en definitiva, los eventos que no conmemoran la pasión y muerte de Cristo. También se utiliza en las festividades de la Virgen María, de los ángeles y de los santos que no fueron martirizados. La palabra “blanco” parece provenir del antiguo alemán, de la palabra “blank".


- el VIOLETA o PÚRPURA: simbolizan penitencia y el duelo. Se llevan durante la Semana Santa, los domingos de Cuaresma y en los cuatro domingos de Adviento. El violeta era el color preferido para las túnicas de los antiguos reyes. La palabra “púrpura” proviene del griego “porphyra", una especie de marisco del que se obtiene un tinte de este color. La palabra “violeta” proviene del latín “viola", el nombre de una planta púrpura azulada.


- el ROJO: simboliza el fuego, la sangre y la realeza. Este color se puede ver durante las celebraciones de la Pasión, incluido el Viernes Santo, y en los días en que se conmemoran las muertes de los mártires, los apóstoles y los evangelistas. Siendo el color del fuego, es la elección natural para Pentecostés, al simbolizar el ígneo descenso del Espíritu Santo. La palabra “rojo” proviene del latín, concretamente de la palabra “russus".


En este sentido, los fundamentalistas ni por error mostrarían fotos de sacerdotes como estas:




















Ya que se derrumbarían sus razonamientos falaces. Prefieren publicar fotos como estas:









Para acto seguido vociferar: Ven!!!, Rojo!!!, la Ramera!!!


Es también curioso que siendo el apocalipsis un libro simbólico hayan tomado los colores de la ramera de forma literal, cuando los colores en el apocalipsis tienen un sentido simbólico. Los justos salen vestidos de blanco (pureza y santidad) en contraste a los colores de la ramera (rojo por derramar la sangre de los santos, púrpura por fornicar con los reyes de la tierra).


Su interpretación literal no solo falla porque el color predominante del clero católico es el blanco, sino porque Dios mismo mandó a hacer las vestiduras de los sacerdotes levitas de color púrpura y escarlata:


“Harán las vestiduras siguientes: un pectoral, un efod, un manto, una túnica bordada, una tiara y una faja. Harán, pues, a tu hermano Aarón y a sus hijos vestiduras sagradas para que ejerzan mi sacerdocio. Tomarán para ello oro, púrpura violeta y escarlata, carmesí y lino fino. Bordarán el efod de oro, púrpura violeta y escarlata, carmesí y lino fino torzal. Se le pondrán dos hombreras y se fijará por sus dos extremos. La cinta con que se ciña el efod será de la misma hechura y formará con él una misma pieza: de oro, púrpura violeta y escarlata, carmesí y lino fino torzal” Exodo 28,4-8

“Bordarás también el pectoral del juicio; lo harás al estilo de la labor del efod. Lo harás de oro, púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal” Exodo 28,15


“En todo su ruedo inferior harás granadas de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal; y entre ellas, también alrededor, pondrás campanillas de oro” Exodo 28,33




Conclusión


Mucho más se podría agregar de este tema, pero básicamente siempre el argumento fundamentalista se sostiene este “modus operandi”. Si usted es un fundamentalista el que me lee, ya tiene para reflexionar. Siendo que se considera cristiano, debe saber que la verdad está siempre por delante y la calumnia no viene de Dios.

Solo Bendición

Por Marco A Di Rupo B


La búsqueda de bendiciones divinas se ha vuelto una verdadera obsesión en casi todas las sectas de origen protestante, especialmente en las del pentecostalismo de la tercera ola, las iglesias de la prosperidad, las de avivamiento, el movimiento palabra de fe, el carismatismo, las iglesias bíblicas etc. El objetivo del creyente no es más que acercarse a Dios para recibir su bendición. Ser bendecido es su razón para ser cristianos. En Valle de la Pascua se fundan con increíble rapidez numerosas sectas que trabajan a sus fieles bajo este esquema. Sus pastores solo ofrecen bendición y más bendición. Es un mensaje que vende, fácil de promocionar, agradable y sugestivo. Incluso hasta en algunos ambientes católicos (renovación carismática) se ha colado sutilmente este “nuevo estilo” de tratar con Dios. Debemos agregar que los herejes mediáticos de ENLACE TV también hacen su parte, deformando el evangelio y la mente de sus victimas, inclinándolas a esta impostura de cristianismo.


Al “cristiano solo bendición” le agrada escuchar que sus problemas, males, desgracias y sinsabores no tienen su origen en ellos mismos, en su ineptitud, defectos, vicios y maldades, sino en los demonios, en las maldiciones o en la falta de fe. Es música para sus oídos, cualquier argumento que los exima de asumir su responsabilidad como personas y como cristianos. El “cristiano solo bendición” únicamente quiere salud, prosperidad, riquezas, éxito, gozo, tranquilidad, confort. El “cristiano solo bendición” espera sobre todo, auxilio divino, milagros, prodigios, portentos. Todo fácil y rápido, sin mucha complicación y esfuerzo.

Al “cristiano solo bendición” sus pastores le ofrecen claro esta: bendición, solo bendición, pero únicamente pueden optar por ella si se alejan de la que según ellos es la religión falsa, es decir: dejar de ser católico. Además el fiel debe “pactar con Dios”, debe “sembrar”, debe “diezmar” y “ofrendar” todo esto canalizado por el “líder” o “ministerio” al cual pertenece. Haciendo esto, el favor divino esta asegurado.


Pero ¿qué es bendición?

Desde la perspectiva del verdadero cristianismo (el católico), podemos decir en primer lugar, que la bendición no es un conjunto de palabras de carácter mágico-religioso que precipite algún acontecimiento extraordinario, sino que es una acción capaz de preparar y disponer a la persona para recibir una gracia particular o un don de parte de Dios, casi siempre para el crecimiento espiritual. Ciertamente en el Antiguo Testamento encontramos que la bendición se expresa también en realidades temporales (descendencia, salud, bienes materiales etc), pero esto es consecuencia (casi siempre) de una anterior transformación espiritual (principalmente un crecimiento en la fe, la caridad y la obediencia) operada en quien la acoge.

Bendecir es entre otras cosas: alabar a Dios, desear el bien a una persona, o dedicar una persona o cosa al servicio de Dios. En la liturgia cuando en medio de un rito especifico el sacerdote santifica a alguien o alguna cosa para el servicio de Dios e invoca su favor, esta bendiciendo. La bendición en la Iglesia Católica es un sacramental, más aún, es el sacramental mas grande. Estudiemos siguiendo al Catecismo lagunas definiciones.


Catecismo #1667. 1667 "La santa Madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida" (SC 60; CIC can 1166; CO can 867)


Catecismo: #1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef. 1:3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.


Catecismo: #1672 Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.


Hay una diferencia fundamental entre sacramentos y sacramentales, y es que los primeros fueron instituidos por Cristo para otorgar gracia. En cambio que los segundos fueron instituidos por la Iglesia con la autoridad investida a ella por Cristo para cumplir su misión. Otra diferencia reside en que los sacramentos confieren la gracia ex opere operato (por la misma acción del sacramento) y no puede dejar de comunicar la gracia si es administrado validamente. El sacramento confiere gracia mientras la persona que lo recibe no lo rechace. La gracia del sacramento no depende para nada ni de los méritos ni de la santidad del ministro. Por su parte los sacramentales nos comunican la gracia ex opere operantis ecclesiae. O sea, "por la acción de la Iglesia que obra". La eficacia de los sacramentales depende en buena manera de los méritos de la persona que ora y de los méritos y oraciones de La Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.


Cuando bendecimos o somos bendecidos atraemos la magnanimidad de Dios y si nos encontramos espiritualmente vivos (en estado de gracia), todos los acontecimientos de nuestra vida serán santificados por la gracia divina (trasmitida y administrada por la Iglesia) que emana del misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. En realidad solo Dios es quien bendice, pues todo bien procede exclusivamente de El, cuando bendecimos lo hacemos únicamente en nombre de Dios. A esta muestra del amor divino debemos responder con la acción de gracias o sea: la Eucaristía.


Que diferente a lo antes expuesto es el punto de vista evangélico-sectario respecto de la bendición. Según esta noción, podemos afirmar que estar benditos, recibir bendición, ser bendecidos o “caminar en victoria”, es poseer en grado superlativo lo que ya antes mencionamos: salud, riquezas, éxito, gozo, felicidad. Que nuestros caprichos por disparatados y alejados de Dios que sean, se cumplan. Que nuestros planes y proyectos se den a toda costa. Que no nos pase nada malo, que las desgracias y sufrimientos no aparezcan en nuestro horizonte. Bendición es lo que consideremos “bueno”, “maldición” lo que consideremos malo. Arropado todo bajo el manto de un pseudo cristianismo barato que apacigua las conciencias. La esencia del cristianismo, su espiritualidad queda reducida a la intención de ganar el beneficio celestial. Se desea la bendición no para crecer en el amor a Dios y al prójimo y vivir conforme a la voluntad divina, sino para saciar nuestra concupiscencia de los bienes terrenales. Se busca la cercanía de Dios no por lo que El es, sino por lo que El nos da.


Los “pastores” conocen bien los deseos de su publico, y por eso ofrecen cada día más bendiciones. Cuanto más les prometen, más quieren estos recibir, se alimenta así un egocentrismo y una codicia sin limites, que luego es aprovechada para presionarlos a dar más dinero, a ofrendar más, a diezmar más, a pactar más. Es una especie de intento de soborno a Dios: ¡bendíceme que te estoy dando! La biblia la reducen a una especie de “cajita feliz” o manual de autoayuda donde se resaltan los pasajes (siempre tomados del Antiguo Testamento) que prometen gozo y felicidad y se ignoran o pasan por alto aquellos (fundamentalmente del Nuevo Testamento) que destacan que en este mundo los cristianos afrontaremos muchas congojas, por citar algunos:


“Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33).


"Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: «Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.» (Hechos 14:21-22)


“No temas por lo que vas a sufrir”… (Apocalipsis 2:10)


Los cristianos estamos llamados primeramente no a la caza de bendiciones, sino a la búsqueda del Reino y su Justicia, ya el señor nos los prometió: seremos saciados. No de riquezas, ni de éxito, ni siquiera de salud, sino de Justicia (Mateo 5:6).


“Que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo”. (Romanos 14:17)


“Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura”. (Mateo 6:33).


Ya en los albores del cristianismo San Gregorio Nacianceno nos alertaba:


"No miremos como reales y verdaderos bienes o males el gozo ni la aflicción; considerémonos como extranjeros en la tierra, y pongamos en el cielo toda la atención del alma. Sola una cosa hemos de tener por mal, y esta es el pecado; y sola una hemos de estimar corno bien, y esta es la virtud, porque nos une con Dios” (S. Gregorio Nacian., Epist. 189, sent. 54, Tric. T. 3., p. 361.).


No permita Dios que los católicos seamos influenciados por la caricatura de cristianismo que promocionan las sectas. Pidámosle fervientemente que en estos tiempos de Misión Continental, nos otorgue la gracia de amar a nuestra Santa Madre Iglesia, ser fieles a sus pastores y a su Magisterio e infunda en nosotros el deseo de conocer y formarnos en la Fe verdadera.





viernes, 20 de noviembre de 2009


¿Salvado de una vez y para siempre...?
!no lo creas!




Por Marco A Di Rupo B

"No todo el que me diga: ‘Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial."  Mateo 7:21



La doctrina protestante (sobre todo en las sectas fundamentalistas) enseña que en lo que concierne a la salvación personal lo único que debemos hacer es: aceptar, por medio de un acto (muy simple por cierto) de fe a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador. Así, mientras realmente lo creas, la salvación estará garantizada de por vida. Haciendo éste compromiso una sola vez en la vida, lo que hagamos después, no importa, ¡ya somos salvos! Podemos tener la certeza de que cuando llegue la muerte, moriremos “salvos”. Para esta creencia, una vez que hacemos esto, es imposible perder la salvación. Quizás vivamos luego vidas ejemplares, pero esto no es determinante. No importa lo que suceda después, no interesa cuán pecaminosamente vivamos lo que nos quede de vida: nuestra salvación está asegurada.



Ninguna obra mala o buena afecta la salvación; esta no depende del estado de nuestras almas o de las consecuencias de los pecados que cometamos. Ser miembro de la verdadera Iglesia, el recibir los Sacramentos, observar las obligaciones religiosas y los mandamientos, la ortodoxia en la fe, ir a la iglesia, orar, leer la Biblia, etc., nada de esto coopera con la salvación. Puede que seamos castigados en esta vida por nuestros pecados, pero de ningún modo perderemos la salvación. Tal seguridad la fundamentan básicamente en los siguientes pasajes bíblicos citados fuera de contexto: "Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo." Romanos 10:9 y "Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará." Romanos 10:13 al mismo tiempo estos versos son asociados al hecho de “aceptar a Cristo” para "renacer". Su idea de lo que es el nuevo nacimiento se convierte en una necesidad para ser salvo. Identifican “nacer de nuevo” con "aceptar a Jesucristo como su único Salvador". Para nada hacen referencia a el Bautismo como sacramento necesario para la salvación "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Jn. 3:5). No solo del “espíritu” sino también del “agua”.



En mi modesta opinión, esa forma de pensar no es (como a los fundamentalistas les gusta decir) bíblica y peor aún, es un pecado de presunción. La doctrina Cristiano-Católica (Verdadera, Santa y Apostólica) enseña algo diferente, que la salvación final depende del estado del alma al momento de la muerte (cf. Mat 25,31-46). El que muera en el estado de amistad con Dios (estado de gracia) irá al cielo y el que muera en estado de enemistad y rebelión en contra de Dios (estado de pecado mortal, cf. Jn 5,16-17) irá al infierno.



Cristo primeramente nos “redimió” (que no es lo mismo que “salvó”), abriéndonos las puertas del cielo. La Redención es un preludio necesario a la Salvación. Él (Cristo) hizo su parte y como resultado de las gracias que mereció para nosotros por su muerte violenta en la Cruz, nos capacita (da las gracias necesarias) para que nosotros hagamos nuestra parte (Fil. 1,6; 2,13; Heb. 13,20-21). Para entrar por las puertas del cielo, debemos estar espiritualmente vivos o sea, en estado de gracia en el momento de nuestra muerte corporal. Si un alma se encuentra sin la gracia santificante (la gracia que viene de Dios y que da al alma la vida sobrenatural), o sea en pecado mortal, entonces estará espiritualmente muerta y por lo tanto incapaz de gozar del cielo (salvarse). La tradición protestante confunde Redención con Salvación. Si bien en un sentido todos sin condición estamos redimidos por la muerte de Cristo en la Cruz (Cristianos, Judíos, Musulmanes, ateos etc. Ver: 1Tim. 2,6; 4,10; 1Jn. 2,2), nuestra salvación sí esta condicionada por: la perseverancia en hacer el bien, por la caridad, por la aceptación de la voluntad divina en nuestras vidas, por el amor al prójimo y por el grado de fe que tengamos. En Fil 2,12 encontramos: "Por eso queridos míos, ustedes que siempre me han obedecido, trabajen por su salvación con temor y temblor, no solamente cuando estoy entre ustedes, sino mucho más ahora que estoy ausente". Los creyentes a quienes se dirige Pablo ya habían aceptado a Cristo, no obstante tenían que trabajar con temor y temblor por su salvación. Estaban seguros de haber sido Redimidos más no lo deberían estar respecto de su Salvación. Mateo 7.21: "No todo el que me diga: ‘Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” es la sentencia de muerte a la teoría de “salvo siempre salvo”.



Por lo tanto, nuestra salvación es algo en lo que permanentemente debemos y tenemos que trabajar. Este trabajo es guardar los Mandamientos. Aquellos que no obedezcan los Mandamientos, no entrarán en el reino de los cielos. Alcanzar la salvación depende del juicio de Dios respecto de la conducta que hallamos tenido para con Él. Seremos juzgados también por lo que hacemos (obras) y no sólo por el acto de fe de aceptar a Jesús como nuestro Salvador personal. “Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal” ( 2 Co. 5,10). De todas maneras, nuestras buenas obras son el resultado de nuestra fe en Cristo, y por eso son real y verdaderamente la obra de Dios en nosotros: "Porque Dios es el que produce en ustedes el querer y el hacer, conforme a su designio de amor" Fil. 2,13. En otras palabras, ambas, nuestra fe y nuestras obras, son realizadas en nosotros no por nuestra justicia separadamente de Cristo, sino que son regalos de la gracia de Dios en nosotros. Por lo tanto, si eres católico y te preguntan ¿eres salvo?, debes responder: "estoy redimido por Cristo, y como me exhorta el Apóstol Pablo, estoy trabajando por mi salvación con temor y temblor, con mi esperanza puesta en las promesas de Cristo y rogándole me conceda la gracia de perseverar hasta el fin”.

Conclusión: solo los tontos o los presumidos pueden creer en lo de "salvo siempre salvo"







jueves, 19 de noviembre de 2009


CINCO PASOS PARA VIVIR
LOS VALORES EN LA FAMILIA

Tomado de: www.aciprensa.com


Hablar de los valores es una cosa, pero vivirlos es otra historia. ¿Realmente es tan difícil? La respuesta es no. Requiere cierto esfuerzo, concentración y perseverancia, pero no es tan difícil. Con algunos pasos simples podrás lograr que tu vida, tus acciones y la sociedad tengan como columna vertebral a los valores.


Paso 1. Conocer su importancia. ¿Suena elemental? Pues no lo es. El primer paso para vivir los valores es la conciencia de los importantes que son. Una sociedad basada en individuos con valores es la llave para una convivencia más sana. Las leyes civiles no son suficientes. En ellas se establece solo lo elemental para asegurar una convivencia medianamente decente, sin embargo no es suficiente con solo "cumplir la ley".

Los valores van mucho más allá de cumplir el reglamento de tránsito, van a la raíz de las cosas. Por ejemplo, el reglamento dice que no puedes pasar una luz roja en el semáforo (bastante elemental para no matarse), sin embargo no dice que en un atasco de tráfico el cederle el paso a una persona es algo amable, que hace que todos estemos más contentos y que incluso puede ahorrarnos un percance. Lo mismo ocurre en otros ámbitos de la vida. La ley establece una pena por el homicidio, pero no nos dice que tratar con deferencia y educación a los demás nos ayuda a convivir aún mejor. Para vivir los valores, lo primero es estar conciente de que son vitales, y que son lo que puede cambiar verdaderamente a una persona, una familia o una nación.


Paso 2. Analizar mi conjunto de Valores. Una vez que se ha aceptado la importancia de vivir los valores, hay que analizar claramente qué valores son la base de tu vida. Aquí podríamos establecer dos clases: los que ya tienes, y los que quieres construir. Para saber cuáles son los valores, en Valores para ser Mejores hay información sobre cada uno de los valores, y continuamente estamos investigando y publicando más material, así que lo primero que puedes hacer es darle un vistazo a todas las secciones de Valores.


Por otra parte, también debes hacer un esfuerzo y meditar detenidamente en cuáles son aquellos principios, normas y comportamientos que son fundamentales para ser mejor, para vivir mejor. ¿Cuáles te enseñaron en casa? ¿Cuáles has ido aprendiendo con la vida? ¿Cuáles sabes que existen, pero no los vives mucho? ¿Cuáles son los que te gustaría tener? ¿Necesitas investigar más sobre ellos?


La idea aquí es que te sientes en un lugar tranquilo, y en una hoja de papel. Escribe la fecha y traza dos líneas verticales dividiendo la página para crear tres columnas. En el lado izquierdo, en la primera columna, vas a escribir una lista con los valores más importantes para tí, sin importar el orden o si los vives actualmente, simplemente escribe aquellos principios que consideras fundamentales. Cuando hayas terminado, en la columna del centro vas a hacer una lista con los valores que aprendiste desde niño en casa, los que has aprendido con la vida y los que has aprendido últimamente pero que no sueles vivirlos. Una vez terminado, pasa a la columna de la derecha, y dibuja un triángulo y escribe en cada vértice: Mis Fortalezas, Mis debilidades, Lo que quiero ser. Vas a hacer tres listas, donde vas a escribir aquellos valores que ya existen en tí, que te definen como una persona especial y que vives contínuamente. En "Mis debilidades" vas a escribir aquellos defectos que tú conoces, y que te impiden vivir mejor los valores. Por último, escribe aquellos valores que desearías vivir en "Lo que quiero ser". Esta hoja debes guardarla, es muy importante porque es la base de tu trabajo y de los siguientes pasos de esta guía.


Paso 3. El "Plan Maestro". Ahora que ya conoces tus valores, tus debilidades y lo que quieres llegar a ser, llega el momento de usar una agenda. Cualquiera puede ser útil (una de escritorio, de bolsillo, electrónica -una Palm es ideal para esto). En otra hoja, vas a establecer tres bases de tiempo: anual, mensual y por día. En la base de tiempo anual escribirás lo que esperas lograr en un año. Los valores concretos que quieres alcanzar (incluye los que ya vives y los que quieres vivir). De esta lista, vas a dividirla en una base de tiempo mensual, concentrando un mes para cada actividad. En la base de tiempo por día establecerás una lista de "Lo que vivo y debo reforzar" y otra de "Lo que me falta". En tu agenda, establece una meta concreta diaria (pequeña, pero significativa) de los valores que vas a reforzar y los que quieres vivir.


Una meta concreta diaria puede ser "Hablarle por teléfono a Juan", para fortalecer el valor de la amistad (tal vez tienes meses sin acordarte de alguna persona), o puedes establecer "Ayudar a alguien pobre" para fortalecer o crear la generosidad. Hazlo para el primer mes (es decir, el mes en el que estás). Cada mes, debes revisar tu "Plan Maestro", establecer los valores con su actividad diaria y hacer una reflexión sobre los resultados. Si por cualquier motivo no te fue muy bien en un mes determinado, no te preocupes, vuelve a ponerlo en tu plan diario y analiza por qué no pudiste cumplirlo. Reflexiona en las razones que te lo impidieron (falta de tiempo, falta de constancia, olvido, etc.) y establece medios para que esto no ocurra de nuevo. Aquí lo que es importante es que estés avanzando, aunque sea a pequeños pasos.


Paso 4. El examen diario. Si realmente quieres vivir los valores, durante una parte del día (puede ser en la tarde o noche -si es en la noche, asegúrate de no estar demasiado cansado-) date 10 minutos para reflexionar. Debes pensar en cómo te ha ido en el día, si estás cumpliendo tu meta (o metas) diarias, qué te falta por hacer y qué has hecho.


Este examen es vital, si no lo haces, todo el sistema para vivir los valores va a irse perdiendo hasta que te olvides de él. El examen te permite dos cosas: analizar de manera realista y rápida cómo están resultándote las cosas, y propósitos concretos para hacer algo y vivir tus valores.


Paso 5. Mantenimiento. Mes con mes, revisa tus valores, revisa lo que has aprendido, piensa cómo te ha ido en tus exámenes diarios. ¿Mejoras? ¿Empeoras? ¿Ha habido un gran avance? Lo fundamental en este sistema es la constancia. Si ahora mismo haces tu plan maestro y estableces tus prioridades pero no las vives, no haces el examen y no sigues tus propósitos concretos, entonces en quince días te habrás olvidado de todo. Si realmente quieres vivir los valores, debes hacerte el propósito.


Esta guía está hecha de tal manera que te permite analizar y plantear metas de manera ordenada, y pequeñas acciones para lograrlas. Es mejor hacer una acción pequeña todos los días, que grandes acciones muy de vez en cuando. Tu guía es algo personal, sin embargo no dudes en compartirla con otros amigos, y especialmente que alguien de confianza te ayude a establecer qué valores te vendrían bien, porque a veces uno pierde la perspectiva de sí mismo o hay defectos que uno simplemente no ve.









sábado, 7 de noviembre de 2009

Respuesta a un “pronunciamiento”


Por: Marco A Di Rupo B
 Nota. El presente es un atículo publicado en el mes de febrero del año 2009 en el diario La Jornada
El día 31 de enero del presente año circuló en este mismo diario un “pronunciamiento” suscrito por la iglesia evangélica bautista central; la confraternidad de pastores, ministerios e iglesias (copami); y el consejo evangélico de Venezuela capitulo Valle de la Pascua, (toda una variada fauna) contra las fiestas en honor a la Virgen de la Candelaria, donde afirman entre otras cosas lo siguiente: 

“que estas celebraciones se desvían en adoraciones a imágenes y prácticas que terminan en actos lejos de la moral y las buenas costumbres”.


Como Católico y Vallepascuense me siento obligado a refutar tal aseveración de manera respetuosa pero firme y directa. Hay que distinguir lo sagrado de lo profano, las fiestas religiosas de las civiles. Los Cristianos Católicos celebramos el 2 de febrero la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo y la Purificación de su Santísima Madre, también conocida como de la Candelaria, por las candelas (velas) con que se la representa en esa particular advocación. La conmemoramos con una solemne Eucaristía, con procesiones y con la visita de la imagen de la Virgen a diversos sectores de la ciudad.

Sobre las fiestas civiles o mundanas como les gusta llamarlas a los sectarios, no son creación de, ni son promovidas por la Iglesia Católica, eso sí, ella no se opone a que se celebre la fiesta de la patrona de la ciudad, con eventos dignos, sanos, honestos y responsables. Si dichos actos se transforman o degeneran en acontecimientos reñidos con la moral y las buenas costumbres, la Iglesia decididamente los condena y llama a sus protagonistas a la reflexión y al arrepentimiento, pero no se la puede acusar de que sea la promotora de dichos eventos y mucho menos pensar que de nuestra celebración procedan tales actos, quien piense o afirme ésto, es un ignorante o un malicioso. Confunden la leche con la magnesia.

Dicen respetar a María “madre de Jesús”, pero en realidad la respetan bien poco, ella es un tema tabú en sus congregaciones. Me pregunto ¿cuándo fue la última vez que predicaron sobre ella?, de seguro no se acuerdan, porque nunca lo han hecho. Si no pregúntenle a los diversos pastores que se han convertido al catolicismo. La llaman madre de Jesús, no Madre de Dios, como si en Jesús hubiesen dos personas una humana y otra divina y María solo fuera madre de una sola de ellas la humana, perseveran así en las herejías cristológicas típicas de los primeros siglos del cristianismo.

Señalan también que son respetuosos “de la forma de adorar” de cada persona o institución. Señores, cuando el cristiano católico celebra una fiesta mariana no esta realizando una “forma de adoración”, esta venerando, mostrando respeto, haciendo pública su fe, y expresando su amor hacia la Madre de Dios. En realidad no es extraño que ustedes tengan ese tipo de confusiones, ya que ignoran lo que es adoración, piensan que alzar las manos y gritar ¡aleluya! en medio de un show musical aderezado con gritos y lágrimas es adorar, siendo que estos solo son actos externos.

Sepan que lo que ustedes ofrecen en sus iglesias no es más que un servicio religioso, no el culto perfecto que el mismo Jesús nos mando realizar. Un culto agradable a Dios es el culto donde se ofrece a Jesús mismo, Dios perfectísimo en ofrenda al mismo Dios, entonces el Padre SI se glorifica, pues le estamos ofreciendo a El mismo en su Hijo Unigénito perfecto y obediente. Hijo obedientísimo en su Sacrificio, este Hijo ofrecido SI agrada a Dios en un culto perfecto. Este acto de ofrecer el Hijo al Padre por medio del poder del Espíritu Santo es la Eucaristía, la Santa Misa, ÚNICO culto que la Iglesia puede ofrecer que agrada al Padre, todo lo demás solo es servicio religioso, culto humano para nuestra satisfacción.

Además dicen “no adoramos imágenes”. Por si no lo sabían, hermanos sectarios, los cristianos católicos tampoco adoramos imágenes. Quienes suscriben el citado pronunciamiento, acusan a la mayoría del pueblo Vallepascuense de "idólatras". ¡Que ridícula es esta acusación! Para ello citan el libro del Éxodo 20: 3-7, Sin embargo si 'estudiaran las Escrituras' (Jn 5,39) y pasaran sobre sus fanatismos particulares y sus prejuicios anticatólicos, encontrarían que la verdad es exactamente lo opuesto. No hay duda de que Dios condenó la adoración de estatuas, pero también hay que decir que Él nunca condenó el uso de estatuas en la adoración, más bien recomendó su uso.


En su fundamentalismo bibliolatra se olvidan de numerosos pasajes donde el Señor ordena el labrado de estatuas e imágenes para el culto, les aconsejo hermanos en Cristo Jesús, leerse: Ex 25, 18-20, Ez 41,18, Núm 21,8-9, Sab16, 6-7, 2 Sam 3-5, Jn 3,14-15. De la misma manera que para recordar a nuestra madre nos servimos de su fotografía, así los católicos para recordar el ejemplo de los santos nos servimos de sus imágenes. Me pregunto ¿No tienen fotos de sus hijos?, y si las tienen y las ven ¿no les trae recuerdos de cómo eran, cómo se comportaban, lo que decían..? ¿No las tocan, no las besan, no las adornan? Si alguien adora una imagen les aseguro, es cualquier cosa menos católico.

Si ustedes desconocen el verdadero sentido de las imágenes en la Iglesia Católica, no es nuestra culpa. Éste analfabetismo respecto de los fundamentos de la fe verdadera es común en sus “pastores” y “fundadores” y persiste de generación en generación, de división en división, (actualmente hay mas de 33.000 iglesias y sectas, cada una afirmando poseer la verdad) han sido guiados por “hombres” y no han dejado que el Espíritu Santo les anime a buscar la verdad. Por favor, dejen a un lado la soberbia espiritual, estudien, cultívense, abran su espíritu y su mente a lo diverso y después opinen, no juzguen desde su ignorancia. Lastimosamente lo obtuso de sus “vanas tradiciones” no les permiten comprender la diferencia esencial entre adorar imágenes y utilizar imágenes en el culto a Dios. La Santísima Virgen y los santos no nos dan la fe, pero son ejemplos a imitar.

Critican también en su “pronunciamiento” el arrodillarse, considerándolo como un gesto exclusivo de adoración. Aunque puede ser utilizada en la adoración, la genuflexión (arrodillarse, postrarse) también se usa, según la cultura, como un gesto de respeto o sumisión a un ser humano o para mover a piedad.


“Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré." Mateo 18, 21-35

Ciertamente el siervo no estaba adorando a su amo, solo pedía clemencia. Y en Mt 4,8-9, en la tentación de Jesús, el demonio no le dice: si te postras ante mi, sino, si postrado me adorares. El demonio al contrario de nuestros fundamentalistas locales, si conoce la diferencia entre adoración y postración, entre ídolos e imágenes. Por eso la genuflexión ante las imágenes de la Virgen Santísima y los santos es signo de reverencia y amor y no de adoración.

En “su pronunciamiento “oran para que sigamos el buen camino”, quiero decirles, hermanos protestantes, que la Iglesia Católica también pide a Dios Todopoderoso les bendiga y les dé la sabiduría y discernimiento para que sigan verdaderamente al que es “Camino, Verdad y Vida” en la única Iglesia fundada por ÉL y puedan orar como en Jn 17,21:

“Que todos sean uno como tú, Padre estás en mí, y yo en ti”.


Sólo una Iglesia ha permanecido y permanecerá unida por siempre: la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica.

¡Honra a nuestra Madre Santísima Virgen de la Candelaria!